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LA CRISIS DE LOS SULTANES DE MONTERREY Y LA EVIDENCIA DE LAS MALAS PRÁCTICAS EN EL BÉISBOL.


Sultanes de Monterrey en los últimos días ha estado envuelto en el ojo del huracán entre malos resultados deportivos que los tienen hundidos en el sótano del standing de la Liga ARCO del Pacífico, malas decisiones por parte de los directivos, escándalos mediáticos y una evidente ruptura con su afición ha dejado sin tregua a  los fantasmas grises.



El primer batazo llegó con la presentación del histórico Vinicio Castilla, quien llegaría a comandar a los de la Sultana del Norte, noticia que entre medios y afición hizo mucho ruido y pesar de que Vinny no tiene vasta experiencia como mánager, esta decisión por parte de la directiva ilusionaba y dejaba en el ambiente una luz de esperanza de que los Sultanes podrían estar compitiendo de tú a tú en la lucha por el liderato de la Liga con equipos de más injerencia como lo son Naranjeros de Hermosillo o Tomateros de Culiacán.



Cosa que no ha sucedido, ya que desde que Castilla tomó el mando del equipo, los fantasmas grises han estado sumidos en una lastimosa crisis de resultados que los tiene con marca de 15 victorias y 25 descalabros a más de 11 juegos de la cima del standing y es que el equipo del norte se ha visto apagado en sus maderos y tal pareciera que desconocen lo que es el bateo oportuno, ya que a pesar de la poca cantidad de hits que pegan los bats grises estos no se pueden traducir en carreras y si a eso se suma el volátil rendimiento de sus pitchers, que va por demás decirlo; un juego responden y dos no, dejan como resultado que sea de los equipos más endebles de la competición.



Los malos resultados deportivos detonaron en el descontento de la afición sultán que acorde a su historia están acostumbrados a estar en los primeros planos y comenzaron los cuestionamientos por parte de los aficionados respecto a que si el problema eran los jugadores como lo intentaba hacer valer la directiva o el problema real se encontraba en la parte alta del organigrama y utilizaba pantalones largos y es que siendo honestos sabemos que quienes mueven los hilos para el funcionamiento de un equipo son los directivos, si bien los peloteros son quienes están en el diamante y juegan y por consecuencia se llevan todas las críticas del público aficionado, pocas veces se cuestiona la labor de los personajes de pantalón largo que se encuentran en puestos directivos y de quienes es labor una debida planeación y el correcto funcionamiento deportivo de la institución.


Aunado a lo anterior, desde la presentación del roster a inicio de temporada se vislumbraba que Sultanes, al menos en nombres, sería uno de los equipos más discretos de liga ARCO y se esperaba que los jugadores respondieran y les diera para estar peleando la zona media-baja del standing y como en temporadas pasadas sucedió poder clasificar en la zona baja a playoffs y dar alguna esperanza de eliminar a los equipos mejores postrados en la clasificación. Entre los jugadores que presentaron se encontraban jugadores que levantaban expectativas altas siendo tres de ellos; Alberto Carreón, Carlos Figueroa (quien fue intercambia a Venados de Mazatlán por el pitcher Nathanael Santiago) y Alberto Galaviz quienes disputaron la primera vuelta de la Liga ARCO y de un día a otro misteriosamente fueron borrados del equipo y su actividad se redujo de forma drástica sin que los Sultanes de Monterrey emitieran algún comunicado al respecto de la situación, siendo que los peloteros por medio de sus redes sociales si dejaron ver el malestar que les causaba no poder jugar y aportar a la causa gris, lo cual anunciaba que algo raro estaba pasando en las entrañas de los fantasmas grises.


La bomba explotó cuando en el programa “Bateo Libre” fue invitado Mario Valdez Director Deportivo de los fantasmas grises y donde se le cuestionó el bajo rendimiento del equipo y los deficientes resultados deportivos, dejando claro que esto era consecuencia del nulo rendimiento deportivo de los peloteros y del limitado roster con el que contaban asimismo evidenció a los jugadores mencionados en líneas anteriores, expresando sin tapujos que eran indisciplinados, que no aportaban al equipo y tenían actitudes que rompían el club house que derivaban en que los propios peloteros cuestionarán las decisiones de los directivos y el mánager; dejando claro que había una ruptura entre directiva y estos jugadores. Situación que resultó controversial, ya que públicamente un directivo salió y “quemó” a los peloteros entrando así en una situación de dimes y diretes que no resulta óptima para la situación del equipo.


En este mismo programa, vía telefónica se comunicó el pelotero Alberto Carreón para dar su versión de las cosas, argumentando que Vinicio Castilla y Mario Valdez tuvieron un meeting con el equipo donde se “habló fuerte” y donde el mismo Carreón sostuvo que le dijo a sus compañeros de equipo que no hicieran caso de esas “estupideces” asimismo expuso que algunos equipos ya se habían puesto en contacto con él, pero le expresaron que no estaba en la lista de transferibles y se encontraba bloqueado.


Lo anterior evidencia que el medio del béisbol sigue siendo un medio muy hermético donde perseveran las malas prácticas que repercuten en el jugador, como “congelar” a los peloteros para que no puedan jugar ni ser negociados a otros equipos, afectando directamente su desarrollo y carrera, no olvidemos que ellos también son personas que trabajan y esperan percibir un sueldo para poder mantener sus gastos y el hecho que de manera arbitraria los directivos frenen su carrera denota que el trato entre directivos y jugadores se encuentra muy viciado. De igual manera, el crecimiento de redes sociales y la mayor difusión de espacios donde se habla de béisbol dan una ventana a los peloteros para poder alzar la voz y hacerse sentir, pueden romper el hermetismo que envuelve al deporte y dar testimonio fiel de los tratos que reciben ejecutando así su derecho de réplica y dejando en claro que muchas veces el cáncer de los malos resultados no es todo culpa de los jugadores.


Si bien existe el caso de peloteros que son indisciplinados y como bien lo dijo Mario Valdez “no aportan nada al equipo” son los menos y la mayoría de las veces terminan saliendo de los equipos por la puerta de atrás recibiendo todo el peso de la crítica de los apasionados del deporte, pero resulta injusto cuando los peloteros que son juzgados y tratados de mala forma son aquellos que hacen oír su voz y se buscan lo mejor para su carrera y el equipo.


Es un secreto a voces que este tipo de malas prácticas prevalecen el deporte de las 108 costuras, pero ahora están saliendo a la luz y dejándonos en claro que las cosas no son como las pintan los equipos poniendo en jaque a todas esas personas de pantalones largos que son partidarios de castigar a los peloteros.


Este tipo de situaciones denotan un mal manejo de un equipo y una pésima planeación que deriva en que se tengan este tipo de escándalos, al final los más afectados son los aficionados, ya que tiene que lidiar con ver sumido en una crisis al equipo de sus amores todo por una mala gestión deportiva.


Sultanes de Monterrey tiene que tocar fondo para poder caer en cuenta de que se tiene que hacer una limpia en el organigrama institucional, la cuestión aquí es que tan en el fondo tendremos que ver a los fantasmas grises para que esto suceda.



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