El 14 de marzo del presente nos despertamos con la noticia que al becario
de Deportes Martí (Suena de fondo mi primera chamba) se le chispoteó y puso
a la venta un día antes de lo previsto los nuevos uniformes de la dieciséis veces
gloriosa Pandilla Mentolada, digo Escarlata.
Vimos con total y absoluto asco que a la otrora directiva Roja, le dio por pasarse por
el arco del triunfo más de ochenta años de tradición roja y blanca para innovar,
si se le puede decir de esa forma, a pisotear los colores tradicionales del equipo,
para que el color menta forme parte integral de las nuevas camisolas de la Marabunta Roja, de hoy en adelante la Marabunta Mentolada.
Me parece completamente asqueroso y deleznable tratar de arreglar algo que
no estaba descompuesto, cuando hay muchísimas áreas de oportunidad en el
equipo.
Tal y como los tremendos fracasos deportivos del equipo mayor, el
invernal y el femenil nos demostraron y es que el año pasado New Era
presentó uniformes para todos los gustos, pero utilizando como principal
bandera dos uniformes bellísimos.
Por un lado, uno color crema con rayas rojas
y por otro, uno rojo con una M gótica retro que eran absolutamente unas joyas,
pero también hubo espacio para innovar y como uniforme alternativo se
presentó una camisola menta muy bonita que le gustó al aficionado y fue un
aire fresco.
Aunque este aire fresco pronto se vició, y presentaron este año una colección
absolutamente horripilante dónde predominan los vivos mentas y un uniforme
de recortes de periódicos totalmente ridículo.
Así como la colección de ropa va en camino de ser otro tanto de lo mismo,
predominando el color menta como si el mismo fuera parte integral de los colores
del equipo, mismo que se ha plasmado en el camión y a toda la mercadotecnia
que tenga que ver con el equipo, incluso el equipo de softball utilizó como segundo uniforme una camisola menta en lugar del tradicional ROJO.
Sí, ese que le pone nombre a nuestro amado equipo.
Queridísima directiva Mentolada, deje de agarrar a batazos el legado, los
colores no son un negocio, mi padre que en gloría esté, me enseñó que los
colores rojo y blanco en el béisbol eran la vida misma y se defendían a muerte,
que se amaban, se respetaban y se portaban con orgullo y hoy ustedes, por
capricho de no sé quien, se pasaron por los huevos esos colores y esa
tradición que mi padre me heredó por simple negocio.
Espero que la afición del México levante la voz y, sobre todo, no consuma la porquería de diseños que nos presentan New Era y la directiva de los Mentolados del México para que
más temprano que tarde podamos volver a decir que somos LOS DIABLOS
ROJOS DEL MÉXICO y no la caricatura horrorosa color menta en que nos
quieren convertir.
Comments