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Memorias de la histórica serie entre Diablos Rojos vs Yankees de New York

A todos nos tomó por sorpresa el anuncio de que los Yankees de New York sostendrían un par de juegos de pretemporada contra los Diablos Rojos del México en la capital del país y es que no es una noticia que se dé todos los días, tanto afición, medios especializados y ajenos al deporte se quedaron perplejos al saber que lo que se veía como un sueño se había materializado, la noticia rompió las redes sociales y es que hace un par de años se jugueteó con tal anuncio como broma por el día de los inocentes, sin pensar que solo era cuestión de tiempo para que el equipo de la gran manzana arribará de nueva cuenta a tierras aztecas.

 

Aquel histórico 1968 aunque ya lejano, sigue atesorado en las memorias de los aficionados de las 108 costuras, ya que fue la antesala de un choque de gigantes; el México enfrentaba a unos portentosos Yankees, en aquellos juegos, ambos equipos dividieron honores, dejándonos una de las postales más emblemáticas en la historia del deporte nacional y de la cual aún se sigue hablando en los parques de béisbol del país; la inmaculada muestra de pitcheo del histórico Ramón Arano, quien en un acto de temple puro receto par de chocolates al cañonero estelar de los Yankees Mickey Mantle.

 

El regreso de los mulos de Manhattan a la Ciudad de México después de 56 años es un hecho por demás histórico, pero más allá de eso, es el preámbulo de un hecho trascendental; el renacimiento de la pelota mexicana, si bien el béisbol en México siempre ha estado en el gusto del respetable y hay equipos que han marcado época como los propios Escarlatas, es bien sabido que después del último Clásico Mundial y del buen resultado obtenido por el combinado mexicano, el deporte de la pelota caliente tuvo un repunte en popularidad y los estadios volvieron a llenarse hasta las lámparas, prueba de ello fueron los más de 20,000 aficionados que se dieron cita en el recién remodelado estadio Alfredo Harp Helú para poder disfrutar una cátedra de béisbol entre los equipos más importantes de México y Estados Unidos.

 

El día cero llego y el equipo más ganador de la MLB, comandado por los estelares Giancarlo Stanton y Anthony Volpe, arribo al paraíso escarlata para ver su suerte ante unos pingos que querían hacer la diablura en patio propio y fieles a su historia ¡GANAR A LA DIABLA!. El ambiente en el diamante de fuego era una completa fiesta, muy ad hoc de que lo que se viviría en el terreno de juego, el clímax beisbolero se respiraba en cada bocanada y el cúmulo de emociones por volver ver a los Bombarderos del Bronx se vivía a flor de piel.

 

Estar ahí presente era casi como una experiencia religiosa, experiencia que todo amante del deporte por lo menos una vez en su vida tiene que vivir y de la cual se podrá presumir al pasar de los años, desde los aficionados más asiduos hasta los primerizos, todos tienen algo en común; el deseo de atestiguar como los dos equipos más ganadores de sus respectivas ligas salían al diamante a dejarlo todo, en busca de quedarse con la gloria y el honor.

 

Las acciones estuvieron precedidas de momentos nostálgicos para ambas aficiones, pues a la lomita de las responsabilidades acudieron dos estandartes de ambos equipos a lanzar la primera bola, el día domingo el aclamado e histórico ex jugador de los Yankees Mariano Rivera dio honores, por su parte el día lunes, una de las figuras históricas del equipo Pingo, hizo lo propio, Alfredo “Zurdo” Ortiz inauguró las acciones.

 

Y así fue, se cantó el play ball y el uniforme pinstripe y rojo respectivamente se hizo ver a lo largo y ancho del diamante, dejando inexistente la realidad fuera del parque de béisbol capitalino, reduciendo todo solo a eso, a un duelo de lanzamientos, batazos y atrapadas de otro mundo, donde varios nombres fueron coreados al unísono del público asistente, entre ellos; el del Cy Young 2020 Trevor Bauer, el del que pinta para ser el nuevo ídolo escarlata Robinson Canó, el del hombre del Grand Slam Diosbel Arias o el del capitán de la causa roja, el “Haper” Gamboa.

 

De esa forma transcurrieron ambos juegos, siendo el equipo del México quien impusiera condiciones y doblegara a la causa neoyorkina por marcadores de 4 carreras a 3 y 8 carreras 5 subsecuentemente, dejando a su paso varias postales dignas de relatar, tales como los Home Runs de Canó y Gamboa, la tremenda atrapada de Julián Ornelas al toletazo de poder dado por la superestrella Giancarlo Stanton o el soberbio Grand Slam dado por el tercera base Diosbel Arias para vaciar las colchonetas y darle la vuelta al marcador, estampas que sin duda se quedarán en todos los corazones de los apasionados al béisbol.

 

Los espectadores de esos juegos podrán presumir que vieron como el equipo del México maniato a la novena de la gran manzana y contra todo pronóstico se proclamaron ganadores entregando en charola de oro una alegría incuantificable a su fiel nación escarlata.

 

Transcurrirán los años y por ende los recuerdos de aquel 24 y 25 de marzo de 2024 se harán añejos, pero de recuerdos vivimos y podremos revivir aquel magnífico momento y sentir ese cúmulo de emociones de nuevo, cada vez que relatemos a propios y extraños como los Diablos Rojos del México le ganaron un par de juegos a los Yankees de New York.

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